Un motivo muy corriente es el atropello, pues los dueños suelen
abandonarlos en la propia vía cuando inician sus vacaciones, y al no
comprender esa acción se mantienen en las inmediaciones esperando
inútilmente el regreso de sus desagradecidos amos.
Pero no sólo se abandonan animales que conviven como mascotas en el
entorno familiar, también provienen de circos (animales viejos o
enfermos), apuestas (peleas o carreras), cacerías (perros heridos o
mutilados durante el ejercicio de la caza), etc. Cuando estos animales
son abandonados, el destino que les espera es generalmente la muerte,
pues muy pocos logran sobrevivir a las enfermedades, hambre, sed o los
ya citados atropellos. Algunos consiguen asilvestrarse, pero no sin
enfrentarse a numerosos retos y peligros que acechan en los montes, como
los lobos u otros animales gregarios que verán como intrusos a estos
animales solitarios, que desconocen la existencia y funcionamiento de
las jerarquías en determinadas especies.
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